🐸 En la cosmovisión indígena, la rana no es solo un animal: es un símbolo de transformación, fertilidad y conexión con la Madre Tierra. En muchas culturas precolombinas, su canto anunciaba la lluvia, el renacer y la promesa de la abundancia.
Estos aretes dorados, con finos ojos de circón, honran ese espíritu. Su forma artesanal evoca la magia del salto evolutivo, del cambio constante, del poder de fluir. Son ideales para mujeres que están en proceso de evolución, crecimiento o reconexión consigo mismas.
Esta pieza es una réplica precolombina, cuya original fue elaborada por nuestras culturas indígenas precolombinas de diferentes culturas que habitaron el territorio Colombiano entre los periodos 1.000 A.C y 1.600 D.C.
